Cuando nos hallamos fue como un choque de trenes.
El encontronazo fue brutal.
Cuando cayó el telón y se disipó el humo se pudo ver la gravedad del desastre.
No había agua, pero sí existían infinidad de víctimas,
la cruz no llegaba,
los bomberos luchaban a brazo partido por salvar a los sobrevivientes,
combatían por sofocar las llamas,
pero nada daba resultado.
Al final esto fue lo que se pudo hallar entre los restos:
Una gata, color canela -debe haber sido por el calor del fuego-,
Un patio lleno de plantas, -de hecho hasta creció allí una calabaza-,
Un montón de recuerdos en polaroid,
Un nene,
Un anillo,
Una vida,
tú y yo.
lunes, agosto 28, 2006
7:18 p.m. - Un grave siniestro
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