Sin andar, sólo borrando,
sin seguir nunca los pasos,
y bebiendo únicamente pedazos,
el aire frío se detiene,
absorto, balbuceando.
Lanza agitado, la mirada,en un juego de azares,
sin esperar nunca lealtades,
buscando en una esquina,sin esperar nunca lealtades,
un refugio cálido contra la lluvia helada.
Un tabaco le roba espacio,
pero aplaca su maldita inercia,
su necesidad de encontrar pendencia,en rostros ajenos, de dureza extrema,
ésta en verdad, es un ansia que sube despacioTímido, besa los labios a una mujer
una dorada y cerrada siluetaque se abre lánguida ante el mundo
agazapada, expectante, atenta.Etiquetas: Cosas de cualquier especie